SHARMAN DEN + Side Chick + Xtrarradio dj’s
Rock & RollEn tiempos de hashtags y subgéneros puede resultar complicado clasificar a Sharman Den, cuyo denominador común es el barcelonés Edu Verdú (con su aire a Morrison y su look ecléctico y elegante). Bregado en la urbe londinense, el folk intimista con el que dio sus primeros pasos en solitario acabó por transformarse en algo a lo que se le llama rock ’n roll más por costumbre que por definición. De vuelta a su Barcelona natal, al poco tiempo, ya se encontraba grabando en un estudio. Estos y otros encuentros resultaron en el primer EP, “Low Hombre”: un compendio de poemas crípticos al son de líneas de bajo improbables, riffs a doce cuerdas, y eclécticos patrones rítmicos. El pasado mes de enero se alzaron victoriosos de la nueva edición del concurso Bala Perduda de la Sala Apolo. Rock 70s mezclado con grunge 90s y toques de folk intimista. Energía, testosterona, mala leche y distorsión controlada. Los etiquetan como rock con trasfondo folk. A nosotros nos parece que son básicamente rock’n’roll de directo y que no hay que buscar más historias.
Side Chick es un trío de high voltage pop punk formado gracias a una extraña circunstancia: una app para ligar. Side Chick es el proyecto paralelo de Maïa Vidal, Eduardo Benatar y Scarlett. Lo que comenzó como un capricho entre matches se convirtió rápidamente en un proyecto musical, y los tres músicos volvieron a sus raíces punk para componer y grabar su primer EP. Pese a las diferencias de edad, nacionalidad y recorrido musical, la química sonora de Side Chick es indudable. Bajos pulsantes, guitarras sucias y teclados agridulces se funden con unas voces cuyas armonías se mueven entre la seducción, lo angelical y lo trastornado, mientras la batería retumba ritmos insaciablemente bailables. Con su sonido contagioso y su actitud salvaje, Side Chick representa la purpurina de los 80s y la irreverencia de los 90s.
Compradores compulsivos de vinilos, Xtrarradio dj’s son Lariad, Kil Valmer y Dirty Robber, y sus inquietudes personales están casadas felizmente con la música, la causante de sus mayores felicidades y rabias. Algunos sólo creen en su fuerza, otros como ellos solo confían en su biblioteca musical. Muchas veces la gente no entiende que la música de más gusto que vivir. Apenas llegó a sus vidas, se instaló para siempre, y es que no hay nada mejor que encontrar un amor a medida y llevar media vida dedicada a encontrar los mejores hits. Con las pilas cargadas y la maleta llena, vendrán a ofrecernos sesiones a base de varias recetas agraciadas y francas de rock’n’soul, freakbeat, garage o funk, y así conseguir bailes y sonrisas de oreja a oreja. Y es que seleccionan estupendas canciones de su amplio repertorio capaces de alegrarle a uno la semana entera. En cabina muestran todo el calor y la personalidad de un faro a pleno rendimiento. Al sonar sus cascos se sienten activos y agresivos, el éxtasis es el suyo. Catarsis. Pisan el acelerador. Gas. ¡Volumen! Chorrean originalidad y buen gusto. Realmente sus sesiones suenan sorprendentemente espontaneas y orquestadas. Su pura e interestelar selección os espera a los jóvenes inquietos y no tan jóvenes, pero si tan inquietos.