Friday 16.12.2022 | 21:00 Concert

DANI LLAMAS + Xavier Calvet

rock

“A Fuego” es el título del séptimo disco de estudio de DANI LLAMAS en solitario, y el segundo que escribe en castellano.

Su álbum anterior, “La Verdad”, editado a finales de 2020, fue elegido por la prensa especializada como uno de los mejores discos de 2020, llegando a ser disco del año según algunas publicaciones como Mondosonoro Sur o Rock FM, y entre los 10 mejores según Rockzone, EFE-EME, El Giradiscos, Todoindie, Suburbia BTV, Everlong Magazine, además de ser destacado y recomendado por artistas como Enrique Bunbury, Amaral o DePedro. “La Verdad” abre un camino que acerca el universo musical presente en la vida artística del autor (rock, pop, punk, folk), a las raíces “amencas más puras y del territorio de su Jerez natal como lugar de la memoria tanto individual como colectiva.

Dani Llamas forma un grupo de punk con 18 años llamado GAS Drummers. A los 21 ya habían girado por EE.UU, Canadá y Europa varias veces. El viaje en el rock internacional sigue ganando relevancia con el paso de los años hasta el punto de que muchos de sus héroes de juventud se declaran ahora seguidores declarados. En 2018 Dani firma con el sello estadounidense One Week Records y se marcha a Los Angeles a grabar un disco con el músico y productor Joey Cape (uno de aquellos héroes de juventud). Y ahí, en Los Ángeles, se acaba el camino de ida.

Ahora comienza el camino de vuelta. “La Verdad” se gestó como una especie revelación divina tras una época depresiva donde se refugió en la escucha compulsiva y estudio obsesivo de figuras como Pastora Pavón y Agujetas. Cuando adaptó la soleá de “La Serneta” a su campo sonoro y surgió “Fui Piedra”, el resto apareció casi por arte de magia. Dos semanas más tarde el disco estaba montado y grabado.

Después del éxito de La Verdad, ¿qué dirección tenía que tomar su carrera artística? Era tan tentador seguir el sendero abierto recientemente que de esa pulsión nace “A Fuego”.

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La música de XAVIER CALVET es felicidad. Siempre lo ha sido. Lo era cuando lideraba Bullitt, banda entre el indie rock, el emo y el punk rock más melódico con la que grabó cuatro discos que siempre es recomendable recuperar y revisar. Y, sobre todo, lo es ahora, cuando en solitario ha encontrado definitivamente las coordenadas sonoras por las que conducir su trayectoria. Nueva etapa que inició con Firebird (2017), disco del que era imposible no enamorarse, y que prosigue con Crosswinds, álbum con el que definitivamente le profesaremos amor eterno. Una pequeña gran obra maestra de pop luminoso barnizado de sonido americana y esa agradable nostalgia que desprenden los acordes en clave de country alternativo.

Inspirado por ese extraño momento en la vida al que se llega cuando se está a punto de cumplir los 40; de esa mezcla de sensaciones han salido once composiciones que Xavier Calvet ha escondido bajo el ilustrativo título de Crosswinds (vientos cruzados). Es la confesión del que siente que ha llegado a la mitad del camino. Pero lejos de caer en la depresión y desaliento, sus nuevas creaciones dibujan una preciosa puesta de sol (muy probablemente la que debe disfrutar cada día en Sant Feliu de Guíxols, ese magnifico rincón de la Costa Brava en el que se refugió hace años) con la serenidad y el convencimiento de que mañana todo volverá a empezar y muy probablemente para mejor.

Sí, “Crosswinds” es como una puerta abierta a una madurez que no desemboca en un descenso vital sino en la plena realización personal y creativa tras años de batallas. Es la metáfora expuesta en el corte inicial, “The Runner”, pieza con ecos a los The War On Drugs de Adam Granduciel que nos descubre la historia de un corredor de fondo que no se ha cansado de perseguir sus sueños. Inicio espectacular que prosigue con el single total “Lovers for All Time” y una “Hard To Believe It” no demasiado alejada del Ryan Adams más optimista. Belleza infinita que Xavier Calvet sigue dibujando en la intimista “The Sunlight Brigade”, o en la radiante luminosidad de “Windy Winter”, “Get a Job”, “Meet Me in the Crowd”… y concluye con la reflexiva “Old Days”, donde gira la vista

atrás para hacer las paces con el pasado y poder seguir avanzando. Xavier Calvet es felicidad. La felicidad de poder disfrutar de discos como “Crosswinds”.