THE PAINS OF BEING PURE AT HEART
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A Quemarropa:
THE PAINS OF BEING PURE AT HEART
El grupo revelación del año pasado en distancias muy, muy cortas.
Al cuarteto de Brooklyn le bastó un EP y un año de conciertos a cara de perro (en el festival South By Southwest dieron once en tres días) para convertirse en la banda más sexy del underground, tanto el estadounidense como el británico, donde también calaron subterráneamente. Todo el mundo los señalaba. Luego, su elepé homónimo de debut fue uno de los hitos de la temporada.
Cogido de la mano de las primeras encarnaciones de My Bloody Valentine, The Pain Of Being Pure At Heart se acerca a las primeras de Morrissey (esa forma de cantar de Kip Berman, medio adormilado e impostando el acento inglés, es muy Mozz) y a Sarah Records: y si en aquel sello The Field Mice cantaban This Love Is Not Wrong, estos jóvenes suben esa apuesta con This Love Is Fucking Right!; lo gritan porque van sobrados. Más influencias: el twee escocés, C86 y el noise-pop cuando a ese sonido le hervía la sangre adolescente. The Jesus And Mary Chain, The Pastels y Black Tambourine chorrean por su retrovisor. Son marcas que llevan marcadas en el rostro. No les pesan. Juegan (lo indica su nombre) al “maximum melodrama” y saben rentabilizarlo. Hay emoción sin freno y corazón arrebatado, hay angustia de los 14 años. Eso en un lado de la balanza. En el otro, la del que ya ha sido herido más allá de los 20, la sutileza y el refinamiento de la confianza melódica, la malicia del último fuzz-pop frente a la sincera vulnerabilidad del primero.
Manipulan las virtudes de lo conocido para hacerse reconocibles y proveerse de una identidad y una consistencia. Sus llantos sobre ser joven no predican tristeza, sino el privilegio de sentirla. Con su LP homónimo de debut recibiendo críticas epatantes, su mancha de aceite se extindió imparable:y culminó en su triunfazo en el Primavera Sound '09.
Ahora, tras actuar en el Festival de Jazz de Donosti, se acercan a Sidecar para demostrar que aún saben pelear en las distancias cortas.
Lo que dicen de ellos:
“Inmediato y sustancial”
(Pitchfork, 8,4 / 10)
“Su efervescencia es demasiado natural para ser estudiada. Puro indie-pop, de ese que pones cerca de tu corazón”
(New Musical Express, 8 / 10)
“Hay algo distintivo y perfecto en esa inocencia que inyectan en cada una de sus vitalistas baladas de jóvenes vidas y amores”
(Prefix Mag, 9 / 10)
“Su habilidad para capturar sonidos ensoñadores y despreocupados del pop twee y el shoegaze suena a la mejor de las nostalgias”
(The Washington Post)
“Sensibles y sublimes”
(A. V. Club)
“No solo superan su primer test, sino que lo hacen luciéndose”
(Coke Machine Glow)
“Hay que admitir que este cuarteto anglófilo de Brooklyn tiene las canciones-hitazos, y con eso basta y sobra” (Rockdelux)